domingo, 27 de septiembre de 2009

Eficacia

La eficacia es la capacidad para fijar y alcanzar un objetivo.
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La eficiencia es el uso adecuado de medios y recursos para alcanzar ese objetivo.
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Por lo general se es eficaz si, teniendo un objetivo claro, se es eficiente. O dicho de otro modo: obtendremos el resultado buscado, si empleamos los medios apropiados con el objetivo correcto. Por ejemplo, un arquero tiene un buen arco y su técnica de lanzamiento de flechas es depuradísima –es muy eficiente- pero sólo alcanzará el centro de la diana –logrará su objetivo- si apunta perfectamente al centro –es eficaz-.

Eficacia es, por tanto, lograr aquello que se quiere. Y para eso, lo fundamental es aplicar los recursos personales, materiales y temporales adecuados. Es decir, hacer las cosas bien: con eficiencia aunque lo más importante sin olvidar el propósito: teniendo un objetivo.

Eficacia y eficiencia están pues, íntimamente ligadas: se logra eficacia mediante la eficiencia, pero no siempre. Podríamos ser eficientes sin ser eficaces. Se pueden emplear bien los recursos, sin lograr los objetivos propuestos. Volvemos al ejemplo: lanzo de manera técnicamente perfecta la flecha pero no estoy apuntando al objetivo. Es lo que sucede cuando se es eficiente con objetivos equivocados o al menos no bien centrados.
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Por eso, lo primero, es preguntarse si lo que se hace tiene alguna finalidad. Es decir, si tiene un propósito útil: si tenemos un objetivo bien definido. Por ejemplo una persona puede querer cambiar su vida: encontrar trabajo, enamorarse o mejorar su estado físico. Lo primero que tiene que hacer es identificar su objetivo, o sea, lo que quiere y después, comenzar a trabajar para alcanzarlo: aplicar eficiencia. Si no busca empleo; se relaciona socialmente o deja de comer y empieza a practicar ejercicio, es imposible que logre ninguno de aquellos objetivos.

Eficacia = Objetivo + Aplicación de Medios adecuados.

Eficacia= Objetivo + Eficiencia = Resultados.
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Así, una empresa, organización, producto o persona es "eficaz" cuando logra los objetivos que se ha propuesto haciendo lo necesario para lograrlos. En el fútbol por ejemplo, eficacia es ganar el partido –el resultado perseguido- haciendo lo apropiado para conseguirlo y con independencia de que el juego sea aburrido. Lo importante es el triunfo.
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Por tanto, Eficacia es el Fin y Eficiencia los Medios.
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Eficacia es el Resultado y Eficiencia los Recursos.

Eficacia= Capacidad + Objetivos

Eficiencia= Medios + Aplicación de los medios

Y llegamos a un tercer concepto: que vincula y relaciona eficacia y eficiencia. Resultados y Recursos. Su nombre es efectividad o productividad. Es la relación entre los resultados y los recursos empleados para la obtención de aquellos.

Efectividad = Resultados / Recursos

Efectividad = Eficacia / Eficiencia
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La efectividad es mayor cuantos más resultados se obtengan -cuanto más eficaz se sea- y menores sean los recursos empleados para obtenerlos -más eficiente-.

Stephen Covey define la efectividad como el equilibrio entre la eficacia y la eficiencia, entre la producción y la capacidad de producción. E= P/CP. Para ello, se basa en la fábula de Esopo, La gallina de los huevos de oro, comparando los huevos de oro -la producción- y la capacidad de la gallina para producirlos. La efectividad de la gallina es mayor si pone 1 huevo al día que si pone 1 huevo cada 3 días.

Hay que intentar reducir al mínimo el coste de los recursos –en el caso de la gallina es el tiempo- que se necesitan para alcanzar nuestros fines. Ser efectivos es obtener más con menos.

Recapitulando:

Eficacia: Resultados

Eficiencia: Medios

Efectividad: Más resultados con menos medios.
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¿Cómo ser eficaces, eficientes y efectivos?

Como tarea preliminar necesitamos:

1.- Identificar bien nuestros objetivos.- Para eso es fundamental definirlos. Recordemos que podemos hacer algo muy bien pero que no sirva. Ej.: podemos correr muy rápido pero en la dirección equivocada.

2.- Adoptar el modelo de actuar más eficiente.- Es decir, haciendo lo más adecuado: aquello que nos permita alcanzar nuestro objetivo de la forma más rápida y mejor, al coste más pequeño -efectividad-.

La clave para ser eficaz es hacer bien las cosas esenciales. Es decir, llevar a cabo de manera rentable las tareas fundamentales. Para ello hay que:

1) Ser activos: pensar positivamente, hacer, actuar.

2) Reducir la complejidad: concentrar el esfuerzo en lo esencial.

3) Hacer lo que haya que hacer, lo mejor posible: aspirar siempre a mejorar.

En ocasiones, para ser eficaz ni tan siquiera hay que hacer nada. Lo más eficaz es la inactividad: cualquier cosa que hiciéramos complicaría o nos alejaría del resultado. Sin embargo, la mayor oportunidad para aumentar los resultados se encuentra en el conocimiento.

¿Qué es conocimiento?
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Comprender que sabes algo cuando lo sabes y aplicarlo y, reconocer que no sabes algo cuando no lo sabes y aprenderlo para aplicarlo.

Los incrementos del conocimiento se basan en la experiencia disciplinada. Aprender con la práctica e ir mejorando el procedimiento. También uno de los factores fundamentales para la eficacia y el éxito en los resultados es el uso de la innovación: soluciones nuevas: formas de pensar y actuar distintas. El denominado pensamiento lateral: no transitar el mismo camino que siguen todos sino buscar otras alternativas.

Y no olvidar que la perfección absoluta es enemiga de la eficacia.

E insisto lo fundamental es tener conocimiento de lo que queremos y hacer lo que tenemos que hacer para alcanzarlo. Lo primero, ser conscientes que sin objetivos y medios, aquellos no se alcanzarán solos. En definitiva, desarrollar conocimiento.
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¿Para qué la eficacia?

La eficacia es una parte importante de crecimiento personal. De hecho, ya hemos visto que eficacia ("obtener el resultado adecuado") es más importante que la eficiencia ("hacer las cosas bien"). No importa si haces las cosas bien si son cosas que no deberías hacer. Imagínate un albañil que construye una pared perfecta en un tiempo record pero en un lugar equivocado.
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Solo si somos eficaces podemos apropiadamente hablar de eficiencia. No hay eficacia sin eficiencia, aunque puede existir eficiencia sin eficacia como hemos visto. Y aunque resulte extraño suele ocurrir. Mucha gente habla sobre la mejor manera de hacer cosas, sin pensar si realmente están haciendo las cosas que les conducen a lo que quieren. Creo que esto ocurre porque hablar sobre eficiencia es más fácil que pensar sobre eficacia. Además, no debe ser muy agradable saber que durante años has estado haciendo cosas que están muy bien ejecutadas pero que no te conducen a nada.
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Seamos pues conscientes de que nuestra vida mejorará si:
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1. Tenemos objetivos: sabemos lo que queremos y lo que necesitamos para conseguirlo.
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2. Actuamos de manera eficiente: tenemos pensamientos y desarrollamos actos adecuados para la obtención de esos objetivos.
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3. Buscamos siempre la efectividad: el adecuado equilibrio entre lo que queremos, lo que necesitamos hacer para conseguirlo y aquello que esperamos obtener.

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