sábado, 25 de octubre de 2008

Un poco de Budismo

El Budismo es un camino de vida y no simplemente una filosofía, religión o teoría. Por eso, algunos lo consideran un sistema de pensamiento, razonable, práctico, que lo abarca todo y que nos ayuda a ser más felices. Durante más de dos mil años ha satisfecho las necesidades espirituales de cerca de un tercio de la humanidad.

El Budismo interesa a Occidente porque no tiene dogmas. Satisface tanto a la razón como al corazón, insiste en la autoconfianza, y practica la tolerancia con otros puntos de vista. Las ideas budistas comprenden ciencia, religión, filosofía, psicología, ética y arte; y consideran solamente al hombre como creador de la vida presente y único artífice de su destino. Por tanto, el Budismo no cree en un Dios como origen del universo.

Para obtener la propia liberación, el Budismo establece como esencial recorrer el sendero expresado por Buda:

"Deja de hacer el mal, aprende a hacer el bien, y limpia tu propio corazón”

En definitiva, practica la Bondad. Por eso, una de las frases habituales del Dalai Lama es:

“La bondad es mi religión”

Buda enseñó que lo que hacemos y quienes somos, no debe estar separado.

En esencia, somos amor y debemos dar amor. Por eso, el verdadero secreto de la felicidad, está en orientarse a hacer lo que eres. Primero tienes que Ser, después tienes que Dar, y sólo al final, podrás Tener. Por tanto la secuencia correcta es: Ser, Dar y Tener.

Eres amor, da amor y tendrás felicidad

La mayoría de nosotros en cambio, seguimos el camino en sentido inverso: deseamos Tener para Ser –Tener amor para Ser felices- y ese camino no nos conduce a ningún sitio.

Por tanto, si eres amor por qué no actuar en consecuencia dando amor. Por eso cuando actuamos o vamos contra la esencia de nuestra propia naturaleza de amor, experimentamos sufrimiento y malestar. Exactamente lo mismo que nos ocurre cuando alguien nos obliga a hacer algo que nos disgusta o desaprobamos: nos sentimos mal.
Para ser feliz, en consecuencia, debo ser fiel a mi naturaleza. Volvemos pues, al principio:

Lo que somos y lo que hacemos, deben estar unidos.

Y esto no son meras hipótesis o ideas que alguno podría calificar de bobas. Está demostrado que abrirse para ayudar a los demás induce una sensación de felicidad y serenidad. En un estudio realizado a lo largo de treinta años con un grupo de graduados de la Universidad de Harvard, el investigador George Vaillant llegó a la conclusión de que un estilo de vida altruista constituye un componente básico de una buena salud mental. Es lo que algunos denominan «la serenidad del que ayuda».

Así, la gente que se ocupa de los demás, activa áreas cerebrales asociadas a las emociones. Los científicos han observado y comprobado que cultivar la amabilidad y la compasión a través de la meditación, tiene su influencia en regiones del cerebro que aumentan la empatía –comprensión-hacia los estados mentales de los demás. Estas áreas son la ínsula —una zona relacionada con el sistema límbico que juega un papel fundamental en la representación de las emociones— y la zona temporal parietal del hemisferio derecho, implicada en procesar la empatía y en percibir los estados emocionales de otros.

En las enseñanzas de Buda, honestidad, amabilidad, comprensión, paciencia, generosidad, lealtad y perdón, son las cualidades que, convenientemente practicadas, nos protegen y nos hacen sentir más dichosos.

Por eso hay que centrarse en la práctica de al menos, tres de las más importantes virtudes Budistas. Son las siguientes: Alegría, Compasión y Generosidad.

BONDAD = ALEGRÍA + COMPASIÓN + GENEROSIDAD --> PERDÓN

ALEGRÍA: Ser agradecido, optimista, confiado.

COMPASIÓN: Identificarse con el sufrimiento del otro y ayudarle.

GENEROSIDAD: Practicar comprensión, consuelo, apoyo, escucha y ánimo.

Sinceramente, creo que nos iría a todos mejor si fuéramos un poco budistas.

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