viernes, 15 de mayo de 2009

Carisma

La palabra o vocablo carisma proviene del griego χάρισμα /jarisma/, "presente" o "regalo divino". Carisma es la cualidad de ciertas personas para motivar y atraer la atención, adhesión y admiración de otras con facilidad y gracias al magnetismo de su personalidad.

Las personas con carisma son vistas distintas o ejemplares por los demás y por eso, a ser tratadas como líderes. Las personas carismáticas tienen la habilidad de captar la atención de los demás; la gente piensa bien de ellos y trata de imitarlos. Inspiran confianza y buenos sentimientos. Son entusiastas, extrovertidos y gozan de habilidad para escuchar al otro. Las personas carismáticas muestran mas variaciones en el tono de voz, son más proclives a sonreír y a establecer contacto visual, y tienden, consciente o inconscientemente, a contagiarle sus gestos a su interlocutor, en quien se concentran, generando una intensa conexión emocional. Irradian energía, magnetismo. Cuando nos encontramos en presencia de alguien carismático, generalmente queremos compartir tiempo con esa persona por un deseo inconsciente: su presencia llama la atención. Quien tiene carisma, es seguro de si mismo y es audaz. Las personalidades carismáticas disponen de poder social, es decir, tienen autoridad para socializar su pensamiento y su conducta individuales.

Los líderes carismáticos destilan ideas complejas en mensajes sencillos. Se comunican usando símbolos, analogías, metáforas e historias. Destilan cierta tendencia al riesgo y son optimistas y rebeldes. Luchan contra lo convencional o establecido y en ocasiones, pueden llegar a parecer algo excéntricos. Pero al tiempo inspiran confianza en los demás, fe y creencia. No obstante, poseer carisma no significa por ello ser "buena persona", ya que muchos dictadores y déspotas crueles y sanguinarios a través de la historia han sido carismáticos. Por tanto, el carisma no garantiza que su misión sea correcta, ética o exitosa.

Cuando se le pregunta a la gente qué es ser carismático desde un punto de vista político, habitualmente lo identifican con un líder que "tiene personalidad" o "magnetismo".

Las personas carismáticas se encuentran en las actividades públicas o de relaciones humanas. Son dirigentes políticos, sociales, militares y empresariales, vendedores, artistas, estrellas del espectáculo o periodistas. Sin embargo, es bueno destacar que no todos los líderes son carismáticos ni toda persona carismática es un líder.

Hay quienes creen que se nace con carisma. Otros, defienden la tesis de que el carisma se aprende como toda habilidad. En realidad existe cierto componente genético, pero influye la predisposición mental y psicológica y puede darse aprendizaje social para desarrollar la condición carismática. También el carisma depende de los demás. Una persona puede ser carismática para algún grupo de la sociedad y no serlo para otro sector de la misma sociedad.

Para personas consagradas a una causa, el carisma es una fuerza interna. No importa si se es pequeño de estatura, poco atractivo o agraciado, la vestimenta o la elocuencia. Así por ejemplo podemos citar como grandes ejemplos de personalidades carismáticas a la Madre Teresa de Calcuta o Mahatma Ghandi que no destacaron por ninguno de esos rasgos sino precisamente por todo lo contrario.
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Cómo desarrollar carisma

Tener carisma es canalizar tus energías en la gente. Si lo que transmites es estrés y ansiedad, la gente te rechazará. Si transmites tranquilidad y buena disposición, la gente se sentirá atraída por tu forma de actuar y querrán ser más como tú eres.

Para irradiar carisma hay que ser igual que cualquiera. Sin importar a quién le estés hablando, trata a la gente como merece. Respétales como iguales a ti y espera que ellos te acepten como tú eres.

Ciertos estudios han demostrado que la gente que es generalmente llamada carismática siente las emociones con mayor intensidad y además, tiene la capacidad para involucrar a los demás en su forma de sentir. Irónicamente, en muchas sociedades, la supresión de las emociones es algo recomendable. Es un error. No debemos sentir temor a mostrar ira, dolor, tristeza o euforia. Por tanto, no temas comunicar tus sentimientos. El carisma va precisamente en sentido contrario: muestra tus emociones y empatiza con las de los demás.

Una característica de la gente carismática es la habilidad para utilizar el lenguaje corporal cuando se comunican. La gesticulación es muy importante porque ratifica el lenguaje verbal.

Haz que cada persona que conozcas se siente importante sin importar tu primera impresión o la reputación que pueda tener esa persona. Si haces que la gente se sienta bien consigo misma, se encontrarán bien contigo y eso contribuirá a favorecer tu carisma ante ellos. El carisma debe venir del interior de uno mismo y reflejar lo que llevamos dentro.

Ten algo que decir: un mensaje. No tengas miedo a ser controvertido, a forzar en ocasiones, los límites. Si realmente crees en algo o tienes certeza de lo que sientes, comunícalo, siempre de manera respetuosa. Házlo. Con carisma la gente aceptará mejor tus ideas.

La gente se siente atraída por las personas que se encuentran a gusto en su piel. Si la gente percibe que estás esforzandote por impresionarla, se pondrá en guardia y harás que se pregunten qué es lo que intentas ocultar o compensar. Por eso, enorgullécete de lo que eres. Eres una persona única, y los demás sentirán atracción por aquello que te hace único. Cuanto más cómodo te sientas contigo mismo, más atractivo resultarás a los demás. La clave del carisma resida en este consejo: mantente fiel a tu personalidad y a tus creencias. Se tú mismo. Despertarás una mayor atracción en los demás cuando decidas no impresionar a nadie más que a ti mismo. Y recuerda: no se puede gustar a todo el mundo siempre, y desde luego, no hay razón para aspirar a lograrlo.

Asegúrate de mantener el ego a raya. Sé discreto acerca de tus talentos. Desvélalos sólo cuando sea apropiado. Causarás más impresión en la gente si ésta descubre por sí sola lo que eres capaz de hacer. Se preguntará qué otras habilidades secretas posees, y querrá conocerte mejor.

Tu reputación consiste en una mezcla de rasgos contrastados y de rasgos imaginarios. Mostrar las habilidades y luego retirarse. No hay que excederse, los demás se sentirán más atraídos ante tu talento si ven que tu actitud al respecto es de humildad.

Y para acabar, como siempre, una frase que contiene la esencia del tema tratado:

"¿Cómo puedes tener carisma? Preocúpate más en hacer que otros se sientan bien consigo mismo que hacerlos sentir bien contigo." (Dan Reiland).


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